La disponibilidad del agua, asumida como un hecho irrefutable durante mucho tiempo, ahora influye directamente en la economía, la política, la comida que elegimos e incluso en el estilo de vida de mucha gente.
La disponibilidad del agua, asumida como un hecho irrefutable durante mucho tiempo, ahora influye directamente en la economía, la política, la comida que elegimos e incluso en el estilo de vida de mucha gente. La escasez de agua es un problema medioambiental que afecta a muchas partes del mundo. Sobre este tema trata la periodista Judith Schwartz en su libro “Agua a plena vista”, en el cual hace un análisis de la situación alrededor del mundo para explicar las causas de la escasez de agua, y proponer algunas soluciones para usar el agua de manera más eficiente. En una entrevista reciente, Schwartz expuso que gran parte del problema tiene que ver con la forma en la que el ser humano concibe el agua, como algo estático en lugar de como un recurso que circula y que se puede utilizar mejor de lo que ahora se hace.
Más allá de los usos evidentes del agua, Schwartz utiliza el término “huella hídrica” como herramienta para crear conciencia sobre el uso industrial del agua. Todo lo que hay a nuestro alrededor, desde una hamburguesa a la ropa que utilizamos, emplea una cantidad muy elevada de agua en su fabricación. La clave es utilizar el agua de que disponemos de forma eficiente. En una entrevista concedida por la autora, ejemplifica esta idea con la experiencia vivida en un pueblo rural en África donde “las personas dijeron que habían logrado obtener más ayuda alimenticia porque tenían control sobre el agua”. Una de las frases que podría definir toda la ideología de la autora sobre este tema, dice que “un suelo sano crea riqueza”. La búsqueda de un futuro mejor, tanto para la productividad del sector agrícola y ganadero, como para todos los seres vivos que necesitamos el agua, pasa por entender y trabajar de la mano con el ciclo del agua. La clave se encuentra en investigar qué mantiene el ciclo funcionando para poder mantener el equilibrio y sacar el máximo provecho de los recursos hídricos disponibles, porque cada gota cuenta.